07 agosto 2010

La Mudita


Anoche soñé que mi familia entera había muerto.Todo el pueblo estaba muerto. Mis hijos muertos (pero era de esos sueños en los que yo no soy realmente yo misma y por lo tanto, ellos tampoco son mis hijos verdaderos). Pero esa era la situación, así estaban asignados los roles y este era el contexto: Cuerpos por todos lados, conocidos y desconocidos, apilados de a montones. Tal vez el lugar estuviera enteramente construido con cadáveres, sangre y tierra. Y ruido, mucho ruido; como si todos gritaran, pero no veo a nadie hacerlo. Muchísimos policías y algunas personas perdidas o desorientadas, deambulando igual que yo, como buscando a alguien. Yo voy con la sensación o la certeza de que ya los perdimos a todos, que ya no queda nadie de los mios. Entonces, como un tesoro resplandeciendo entre la mugre, aparece la Mudita en un rincón junto a otros niños, paradita detrás de un policía. Ella, especialmente ella, llama toda mi atención, tan chiquitita e indefensa, con su pelito rubio y la carita idéntica a la mia cuando era chiquita. La mudita me pertenece. Y yo, le grito con toda mi voz al policía, que no me deja acercármele: - “ya los mataron a todos! Dejame quedarme con la Mudita por lo menos! Aunque sea dejame a la Mudita! Dejame a la Mudita, que es nuestra! Dejame a la Mudita! Dejame a la Mudita!
Y me desperté, peleando por ella.