24 junio 2011

14 junio 2011

Calor

Tengo una campera con dos capuchas. Prendamos una fogata al finnal del día, como en los campamentos. Llevo buen vodka, para que la resaca huela a mandarinas. Hay brazos que me sostienen, con el mismo amor con que se abraza a un hijo. Está ese calor que solo ustedes, con la chispa de la vida compartida en los ojos, pueden darme. Mis botas están gastadas, pero...sabrán entender.

13 junio 2011

nada nuevo

Otra vez, Junio no puede retener el tiempo, para que no llegue el 17, a pesar su muerte. Retrocedo al momento en que esa fecha no era nada, y el año anterior, contrasta de vida, lista para nacer, y no quiero que llegue el 28, para que no se rompa la burbuja, que la ilusión no se termine, que ni siquiera empiece, que de nada sirve, evocar como era estar cerca, juntos. Otra vez más, no quiero desprenderme de eso que fue hace tanto. Me aferro para volver a perderlos. Otra vez, como cada año, el ritual del adiós se impone, revelándose entre acciones cotidianas. Otra vez, la falta de velorios repliega a pequeños gestos la dolencia. El grito silencioso anudado con cierta gracia al cuello. Una voz finita, canta llorona...llorona y algo se intensifica, en esa parte de uno que quedó ahí, paralizado, en estado de shock, y que sigue vibrando, y siendo un drama presente, aunque uno lo evoque situándolo en el pasado. 35 años. Perdiendo. Recuperando y volviendo a perder.