27 mayo 2011

Gusanos y otras vidas.

En mi adolescencia, a los 14 o 15 años (todavía antes de saber), empecé a soñar reiterativamente con mi abuela Tere, que se había muerto unos cuantos años antes. Soñaba que ella entraba volando por la ventana de mi cuarto, y se sentaba junto a mis pies, en la cama. No decía nada. Sólo me miraba. Abría grandes sus ojos y entonces, podía ver los gusanos adentro, comiéndosela toda.
Me despertaba aterrada, con la imagen de mi abuelita reduciéndose en instantes a esqueleto; era horrible, me impresionaba, pero lo que más me angustiaba, era que ella, mi abuela preferida, me diera miedo.

(Entendía que ese sueño encerraba un mensaje, pero no podía descifrarlo).