En mi adolescencia, a los 14 o 15 años (todavía antes de saber), empecé a soñar reiterativamente con mi abuela Tere, que se había muerto unos cuantos años antes. Soñaba que ella entraba volando por la ventana de mi cuarto, y se sentaba junto a mis pies, en la cama. No decía nada. Sólo me miraba. Abría grandes sus ojos y entonces, podía ver los gusanos adentro, comiéndosela toda.
Me despertaba aterrada, con la imagen de mi abuelita reduciéndose en instantes a esqueleto; era horrible, me impresionaba, pero lo que más me angustiaba, era que ella, mi abuela preferida, me diera miedo.
(Entendía que ese sueño encerraba un mensaje, pero no podía descifrarlo).
Me despertaba aterrada, con la imagen de mi abuelita reduciéndose en instantes a esqueleto; era horrible, me impresionaba, pero lo que más me angustiaba, era que ella, mi abuela preferida, me diera miedo.
(Entendía que ese sueño encerraba un mensaje, pero no podía descifrarlo).