02 diciembre 2023

Rectificación telam

 

POLÍTICA

02-12-2023 21:19 - DERECHOS HUMANOS

Una historia de reparación: Ángela Urondo Raboy, periodismo en dictadura y revisión de archivos

A 47 años de su publicación, fue recuperado por el archivo de la agencia pública Télam el cable que daba cuenta de la emboscada al escritor Francisco 'Paco' Urondo, quien se encontraba con su pareja, Alicia Raboy, y la hija de ambos, Angela, actualmente de 48 años y en ese momento de menos de 1 año. 

Por Martn Piqu
POR MARTÍN PIQUÉ
02-12-2023 | 21:19
El texto fue recuperado por el archivo de la agencia Foto archivo
El texto fue recuperado por el archivo de la agencia. Foto: archivo.


En la noche del 18 de junio de 1976 un cable de Télam reprodujo íntegramente un comunicado del Tercer Cuerpo de Ejército para referirse a la emboscada contra el escritor Francisco 'Paco' Urondo, su pareja Alicia Raboy, la hija de ambos -Ángela, por entonces una bebé de 11 meses- y Renée Ahualli, la cuarta pasajera del Renault 6 en el que intentaron escapar.

A 47 años de su publicación, el texto fue recuperado por el archivo de la agencia pública para repasar una historia dolorosa de encubrimiento, secuestro y muerte, y que pone en evidencia la distorsión informativa de la dictadura.

Cable de la agencia Tlam emitido el 18 de junio de 1976 que reproduce ntegramente un comunicado del Tercer Cuerpo de Ejrcito Foto archivo
Cable de la agencia Télam emitido el 18 de junio de 1976 que reproduce íntegramente un comunicado del Tercer Cuerpo de Ejército. Foto: archivo


El cable tiene siete párrafos escritos enteramente en mayúsculas, presentación típica de los teletipos usados por entonces, un título distante y burocrático ("Córdoba: Tercer Cuerpo. Comunicado"), y condensa en tres mil caracteres una muestra de la utilización del periodismo como instrumento para justificar el exterminio.

El despacho, enviado desde la corresponsalía de Córdoba y transmitido a las 20:47 bajo el número 211, reproducía lo que podría ser definido como un parte del Tercer Cuerpo de Ejército, con asiento en esa provincia y al mando de Luciano Benjamín Menéndez, para contar -y al mismo tiempo ocultar- sobre el resultado de una persecución llevada a cabo el día anterior por "fuerzas del orden" contra "delincuentes subversivos" en Mendoza.

El texto se refería -como se sabría después- al destino de cuatro personas que transitaban en un Renault 6 pero no las identificaba por nombre y apellido; tampoco informaba que los ocupantes del "vehículo sospechoso" eran, justamente, cuatro: el cable solo mencionaba a tres, un "delincuente subversivo" que "murió", una mujer herida que logró huir y "un niño de aproximadamente un año de edad".

Ese niño, en realidad, era niña, tenía 11 meses y se llamaba Ángela, hoy una mujer de 48 años a la que el DNI certifica como Ángela Urondo Raboy, y quien desde que pudo recuperar su historia y entender lo que ocurrió el 17 de junio de 1976 buscó de modo incesante reconstruir detalles y vidas de las otras tres personas del auto: su padre, Francisco 'Paco' Urondo; su madre, Alicia Raboy, y Renée 'la Turca' Ahualli, compañera de ellos dos en "la organización declarada ilegal en 1975", o sea Montoneros.

Alicia Raboy secuestrada y desaparecida el 17 de junio de 1976 y su hija ngela Foto archivo
Alicia Raboy, secuestrada y desaparecida el 17 de junio de 1976, y su hija Ángela. Foto: archivo


El cable describía un operativo iniciado con una emboscada que siguió con una persecución de más de veinte cuadras y consignaba que uno de los ocupantes del Renault 6 había muerto ('Paco', asesinado de un culatazo en el cráneo) y que una mujer había logrado huir pero herida, en virtud de "los rastros de sangre hallados en el vehículo".

Se referían a Renée Ahualli, que sobrevivió a ese episodio y a toda la dictadura para años después, en 2011, declarar en los juicios de lesa humanidad que se iniciaron contra efectivos de la Octava Brigada de Montaña y la policía de la provincia de Mendoza que habían participado de ese y otros crímenes imprescriptibles realizados desde la estructura del Estado, como asesinatos, secuestros y desapariciones.

El comunicado del Ejército que reprodujo la Télam del tercer mes de la dictadura, que era controlada por las FFAA desde la madrugada misma del golpe del 24 de marzo, decía lo siguiente: "Como resultado de la acción de las fuerzas del orden murió un delincuente subversivo, que aún no ha sido identificado, logrando huir una mujer. Esta se encontraría herida, por los rastros de sangre hallados en el vehículo, en el cual fue dejado abandonado un niño de aproximadamente un año de edad".

Pero el parte castrense omitía toda referencia a la segunda mujer del auto, Alicia Raboy, madre de Ángela y pareja de Urondo, que había sido apresada viva por el grupo de tareas, que fue secuestrada tras intentar esconderse en un depósito de carbón dentro de un corralón de materiales y que antes de huir había tratado de resguardar a su hija de once meses pidiéndoles que la cuidaran a unos trabajadores del lugar.

Ángela Urondo Raboy contó muchas veces lo que vivió en esa jornada, porque ella estuvo allí siendo una bebé de once meses (había nacido el 28 de junio de 1975); lo volvió a relatar en diálogo con esta agencia, en razón de este artículo.

ngela Urondo Raboy su hermano Javier Urondo y la sobreviviente y testigo del asesinato de Paco y del secuestro de Alicia Rene Foto Prensa
Ángela Urondo Raboy, su hermano Javier Urondo y la sobreviviente y testigo del asesinato de Paco y del secuestro de Alicia, Renée. Foto: Prensa.


"A Paco lo mataron de un culatazo en la cabeza. Así de violento, así de trágico. Mientras que mi mamá estaba intentando huir conmigo, me dio a unos hombres que tenían un corralón de materiales en esa cuadra donde el auto había quedado detenido, en (la esquina de) Remedios de Escalada y Tucumán. Ella intentó esconderse en un depósito de carbón que quedaba en la planta alta de ese corralón de materiales. Y de ahí la capturaron. Se la llevaron golpeándola muy violentamente", reconstruyó.

Ángela fue la principal impulsora de esta nota, porque al revisar en archivos y hemerotecas para ver cómo había tratado la prensa de la época lo ocurrido con su padre, su madre, con 'la Turca' Ahualli y con ella misma ese jueves 17 de junio de 1976 se encontró con que los diarios que dieron cuenta del hecho reproducían un mismo texto: el cable de Télam.

Ese despacho, en su quinto párrafo, mencionaba que en el intento de huida los "delincuentes subversivos" habían abandonado "a un niño de aproximadamente un año de edad" dentro del Renault 6, mientras que en el párrafo siguiente se afirmaba que tal hecho respondía a una práctica reiterada de los miembros de la guerrilla, consistente en abandonar a los propios hijos y hasta -seguía el cable- usarlos como "escudos" humanos.

La acusación, textualmente, decía así: "Este proceder, de utilizar niños como escudo para llevar a cabo sus intentos asesinos, exponiéndolos a ser heridos o muertos durante la acción y abandonándolos a su suerte ante el menor fracaso, habla claramente de la poca moral y desviados sentimientos que animan a estos delincuentes subversivos".

ngela Urondo Raboy frente a un mural con los rostros de sus padres Paco y Alicia Foto Prensa
Ángela Urondo Raboy frente a un mural con los rostros de sus padres: Paco y Alicia. Foto: Prensa.


Esta semana, a casi 50 años de aquellos hechos, Ángela Urondo Raboy contó a Télam lo que sintió la primera vez que leyó una copia impresa de aquel texto emitido al día siguiente del asesinato de su padre y del secuestro y desaparición de su madre.

Comprobar que los homicidas acusaban a 'Paco' y Alicia de haberla usado a ella como escudo humano -recordó- le causó un "enorme impacto".

"Era la réplica de la línea de Luciano Benjamín Menéndez, donde se describen los hechos deformándolos, se estigmatiza y se deshumaniza la figura de los 'terroristas subversivos', que eran mis padres, y que ellos estaban asesinando, en el caso de mi papá, y desapareciendo, en el caso de mi mamá", amplió Ángela.

Y agregó: "Me causó un enorme impacto leer esa manipulación de la escena tratando de decir algo negativo de mis padres mientras estaban siendo asesinados delante mío. Dicen 'se escudaron en un niño' y ese niño era yo".

A Ángela le llevó tiempo procesar todo lo que estaba implícito en ese parte de guerra, al que el periodista Eduardo Blaustein (coautor del libro "Decíamos ayer", una investigación sobre el rol de la prensa gráfica en dictadura) definió como "un certificado de defunción emitido por la burocracia de la muerte".

"Después de mucho elaborar en la lectura de ese texto, y con lo muy doloroso que era, me di cuenta que algo se cuela (del cable que reproduce el comunicado del Tercer Cuerpo de Ejército con asiento en Córdoba), y es una confesión: (Luciano Benjamín) Menéndez está confesando que ellos estaban disparándole a un niño que estaba en brazos de sus padres. Él (por Menéndez) convierte a un niño en escudo porque lo está atacando. Y ese niño era yo. Esa niña era yo", revivió.

Foto Prensa
Foto: Prensa.


Para Ángela, el comunicado del Ejército sobre el operativo en el que mataron a su padre y desaparecieron a su madre (y que para ella, bebé de 11 meses, significó la pérdida de sus padres para permanecer "tres semanas secuestrada" en la Casa Cuna de Mendoza con el miedo implantado en la "memoria corporal") fue escrito -entre otras razones- "para borrar pruebas, para asegurar impunidad y para justificar el crimen".

Ángela Urondo Raboy, que porta los dos apellidos con orgullo y firma así sus libros (como "Quién te creés que sos", entre diario íntimo y testimonial), fue siguiendo los pasos de su padre y su madre en el periodismo y en la escritura en general, "pero no por imitarlos".

Su padre, escritor reconocido, de larga trayectoria y con responsabilidades en la edición periodística; su madre, de 28 años, escribía sobre Gremiales en el diario Noticias (de los Montoneros, luego clausurado) y en febrero de 1974 viajó a Cuba para cubrir la visita a la isla del ministro de Economía del tercer gobierno de Perón, José Ber Gelbard.

El hallazgo y revisión del cable 211 del 18 de junio de 1976 por parte de esta agencia, a casi cincuenta años de su publicación, recupera una historia, asume una herida que sigue abierta y, subrayó Ángela, actualiza una vez más la necesidad de resguardar y proteger los archivos documentales, como en este caso el archivo periodístico de Télam.

Foto Prensa
Foto: Prensa.


"A estas bestias no les alcanza con matar a las personas, sino que además quieren borrar toda huella. No sólo desaparecen a la persona, después desaparecen su nombre de las agendas, después lo desaparecen del registro, del trabajo, del club, y cuando ya nadie más lo nombra, ahí desaparece", advirtió la escritora, que también es ilustradora y performer.

A partir de las singularidades de la historia argentina, Ángela destacó que la protección de los archivos y la conservación del patrimonio cultural muchas veces queda en manos de la propia comunidad, con iniciativas espontáneas.

"Así subsisten archivos escondidos y cositas resguardadas, pero que siempre son una porcioncita de lo que es", concluyó Ángela con una frase cargada de esperanza en la que parecía hablar del pasado y del futuro, de cualquier tiempo, incluso del presente.

    15 noviembre 2023

    Derrote el terror

     Télam - Agencia Nacional de Noticias

    OPINIÓN

    15-11-2023 16:45 - UNA ELECCIÓN DIFERENTE

    Derrote el terror

    La autora rescata las palabras de Rodolfo Walsh para reivindicar la reacción de aquellos que decidieron ganar calles, medios de transporte, plazas y redes sociales, para responder las proclamas negacionistas de La Libertad Avanza. "El voto en blanco es el no te metas", plantea.

    Por ngela Urondo Raboy
    POR ÁNGELA URONDO RABOY
    15-11-2023 | 16:45
    Telam SE

    No son pocas las personas que en los últimos días han sentido el impulso de salir por su cuenta a la calle, a irrumpir lo público y lo cotidiano, en medios de transporte, plazas, veredas y también en las redes sociales, para comunicar, compartir, dar testimonio, hacer una transferencia directa de historias personales que tienen profundo anclaje en nuestra historia colectiva.

    Circulan distintas experiencias de vida que en la actualidad están siendo afectadas, negadas, removidas, cuestionadas, apuntadas, molestadas, estigmatizadas y amenazadas de muerte por las expresiones (anti) humanas y (anti) políticas que propone el partido de la (anti) libertad avanza.

    Una mujer sobreviviente de un centro clandestino; una chica nacida en el exilio; un hombre que volvió de la guerra; otra mujer madre de tres hijos con discapacidades; un hombre de 80 años, médico y maestro de médicos de universidades públicas; una mujer con su bebé nacido gracias a la ley de fertilidad asistida; una mujer mayor usuaria de los servicios de PAMI; un futbolista campeón del mundo en defensa de la celeste y blanca; otro muchacho, portador del HIV con su carga viral indetectable gracias al tratamiento gratuito; y la lista podría seguir con tantos otros y otras que en este momento crítico decidieron abrirse, develarse, hacerse visibles en las fragilidades y el orgullo, plantados en la dignidad se rebelan frente al miedo, apelando a la sabiduría, en la necesidad de defendernos y que así sean eternos los laureles, que con tanto esfuerzo supimos conseguir. Porque los derechos adquiridos costaron vidas, e incontables injusticias.

    Quienes tenemos más de 40 años hemos sobrevivido a la dictadura y a muchas otras faltas de derechos, inexistentes o perdidos, que a lo largo de los años con lucha y construcción colectiva conseguimos en alguna medida revertir y convertir en amparo.

    No era lo mismo antes. Importa que el futuro no sea un retroceso. No puede darnos igual ahora.


    Vienen para destruir el Estado y su incidencia en la justicia social. Nuestros acuerdos democráticos primarios se resquebrajan para dejarnos a la intemperie. Los dichos de Villarruel y Milei nos escarban las heridas, pinchan las llagas, las pieles endurecidas de las cicatrices vuelven a arder y a reabrirse, otra vez sangran, pero nadie lo ve. Nuestro dolor es invisible e insoportable. Es muy tremendo tener que remover esto, pero es necesario, ya está revuelto.

    Hoy nuestras historias son negadas y basureadas, se burlan de todas las tragedias que hemos vivido, insultan a nuestros muertos, próceres o subversivos, humillados, desterrados, revictimizados, mientras vivan a los criminales que dieron muerte y saquean lo de todos, se cargan los legados, quieren ensuciar lo sagrado, llevarnos a mal puerto, trocarnos por un puñado de billetes, enteros o fraccionados en órganos, vender todo, regalar irresponsablemente nuestra soberanía, nuestros recursos naturales y humanos.

    Los discursos, promesas de destrucción y odio, son una amenaza para todos en general, pero a cada uno le afectan de manera particular. Nos despertamos en medio de la noche, antes de la madrugada, atormentados por pensamientos urgentes y fatales, aunque sabemos que no estamos paranoicos, ni susceptibles: estamos siendo atacados, perseguidos, apuntados, lo que hacen es una afrenta intencional y tortuosa.

    Es la primera vez desde la recuperación de la democracia que vivimos una situación así de alarmante. Resulta muy difícil, sino imposible para muchos, imaginar que ciertos horrores puedan concretarse en un futuro inmediato, pero sin embargo somos muchos y muchas que sentimos en la piel esta amenaza.

    Queda claro que los genocidas no quedan nunca en el pasado y lo que Villarruel y Milei defienden, habilitan y proponen, es la posibilidad de un genocidio futuro.

    Esto es lo que se define en estas elecciones.

    Lo que está en juego ahora, ya no tiene que ver con los partidos políticos,  son la democracia y el estado de derecho que están siendo amenazados.

    Foto Cris Sille
    Foto: Cris Sille

    No sé si todos sabemos lo que implica la ruptura, tanto del estado, como del derecho. Quizás por eso tantas personas sienten que es necesario salir por todos los medios al alcance a ofrecer testimonios.

    Porque la supervivencia aporta herramientas que activan en lugar de paralizar, que socorren del lugar de víctima. Entonces, ese terror que quieren infundir, motiva a producir acciones.

    Como dijo hace ya 46 años Rodolfo Walsh: “El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror”.

    Eso intentamos.

    Es momento de elegir, de asumir un compromiso con la democracia, debemos ser parte, no podemos permanecer ajenos.
    Tenemos la responsabilidad y el deber de elegir autoridades entre dos fuerzas, uno de los dos candidatos nos va a gobernar, es una elección a presidente, no una encuesta.

    Pensar el voto desde la exigencia exquisita o el purismo ideológico puede ser una trampa de alto riesgo. Hay que poner de manera activa una barrera a la ultraderecha, en defensa propia y en defensa de nuestra patria.

    Con el voto en blanco no alcanza para parar la violencia extrema que prometen Villarruel y Milei.

    No se puede permanecer neutral ante el mal que se avecina y se apela a que nadie lo sea. Pretender tal neutralidad frente a la violencia es un engaño imposible, sabemos que la indiferencia siempre es en beneficio del agresor y agrega más violencia a quienes están siendo violentados.

    El voto en blanco es el no te metas.

    El voto en blanco, como forma de prescindencia es una renuncia, un abandono, una rendición.

    El voto en blanco tiene peso, incidencia, no es un voto inocuo, inocente, está igualmente comprometido con el resultado de la elección.

    Para salvarnos del horror, para poder vivir en paz, hay que votar a la única fórmula que asegura las instituciones y que defiende los valores de la democracia, hay que votar a conciencia a Sergio Massa. Lo otro, no es democracia.

    10 noviembre 2023

    El que se enoja pierde

     Télam - Agencia Nacional de Noticias

    OPINIÓN

    10-11-2023 09:10 - UNA RESPUESTA A LA "LOCURA"

    El que se enoja pierde

    Llamado urgente a tranquilizar las aguas y elegir por la paz, en medio de tanto berrinche, enojo, pataleo y otras formas de odio encubierto. Los interrogantes que deberíamos saber responder todos. El ejemplo de las madres frente al desmadre.

    Por ngela Urondo Raboy
    POR ÁNGELA URONDO RABOY
    10-11-2023 | 09:10
    Imagen ngela Urondo Raboy
    Imagen: Ángela Urondo Raboy

    Parece inevitable que a la hora del berrinche las criaturas busquen cualquier excusa para enojarse, llorar y patalear. Se les ponen los cachetes y las orejas coloradas. La presión sube como un calor que se acumula en la cabeza y asfixia, hasta explotar. Pasan cosas que son necesarias desahogar.

    Ante esta situación, habrá quienes reciban mayor contención y herramientas para poder lidiar con la crisis y trascender el dolor, o la angustia, el enojo, el miedo, la frustración. Un abrazo a tiempo. Alguien que te recuerde que el mal momento va a pasar, que no estas solx. Alguien que acaricie la espalda para calmar los latidos al galope. Personas que te acompañen y te esperen. Que te ofrezcan un vaso de agua, que te inviten al aire libre para mostrarte lo que hay detrás del horizonte. Que te ayuden a volver a respirar. Habrá quien te cante canciones especiales para recobrar la armonía y enseñar el camino de vuelta a la calma, para recuperar la paz interior que durante los momentos de crisis se escapa.

    Ante el mismo malestar, habrá otras personas que en cambio no reciban ningún tipo de atención y quedarán en estado de crisis sostenida, pataleando por tiempos prolongados, llorando en cualquier lado, hasta rendirse sólo por cansancio, para luego retomar la pataleta bajo cualquier excusa, con altos bríos y más fuerzas, en actitud de susceptibilidad, reclamo, querella crónica, demanda constante, reproche. No podrán hacer algo bueno por nadie, ni por si mismos, no comprenderán la compasión, la piedad o la empatía. Crecerán sin saber superar sus problemas, no podrán deshacerse de ellos, sino acumularlos y expandirlos en cualquier lugar, ante todo, sobre todos y especialmente, sobre cualquier tema. Querrán mantener las disputas abiertas, adheridas, irresueltas. Las crisis se harán costumbre, el incordio se convertirá en esa característica predominante de la personalidad, la beligerancia fundamental llevará a romper y ocupar determinados roles sociales, al trasladar a los vínculos el malestar, como una bola de conflictos irresueltos y construir de esa forma el trato con los demás.

    Pero también existirán personas, quienes ante una misma crisis, además recibirán retos, malos tratos y reprimendas por estar molestando en busca de algún desahogo posible a sus problemas. Estas personas tendrán los conflictos potenciados. Creerán que hay permiso abierto para todas las violencias. Asumirán que toda disputa es una contienda, una provocación, una declaración de guerra. Las razones serán excusas. No habrá metas, ni entenderán cuales son las conclusiones. No podrán diferenciar lo justo de lo injusto, la risa del llanto, o distinguir a las víctimas de los victimarios, el sentimiento del resentimiento, la reacción de la acción, la libertad de la opresión, lo bueno de lo malo. Vivirán desesperados, sin hacer pie, sin tocar fondo, sin comprender. Alimentando un espiral de injusticia y violencia creciente. Enmascarando el miedo en ira, avivando el odio, gozando en sarcasmos infelices, siempre desconfiados y paranoicos. Destructores de proyectos, personas, países, planetas, como tornados inevitables que arrasan todo al pasar.

    Es fundamental para los seres humanos recibir amor y educación emocional, aprender a superar los berrinches primarios, para saber cómo gestionar la ira, el dolor, el enojo, el miedo, la angustia y ante una crisis emocional, saber más o menos cómo se puede hacer para retomar las riendas, meter un freno para controlar el desborde de emociones negativas y no dejarse gobernar por ellas; y luego analizarlas para poder modificar conductas dañinas, frenar la expansión negativa de la violencia, procesarla y revertirla, para incluso poder convertir, recrear, re significar lo traumático, hasta volverlo en otra cosa.

    Nunca es tarde para adquirir herramientas, o para inventarlas. Para empezar a estar mejor, es necesario ser visto y reconocido, recibir abrazos y acciones reparatorias.

    Seguro habrá muchísimas excepciones a estas apreciaciones, que no son reglas, ni mucho menos mandatos, solo una mirada que cae en generalizaciones intentando entender qué pasa en estos tiempos significados por la frustración y el odio.

    ¿Qué ocurre cuando lo mismo sucede en gran escala, cuando no es un individuo, sino el pueblo en su conjunto, la sociedad, que no ha podido procesar sus enojos, sus dolores, sus miedos más profundos? ¿Qué pasa cuando se convierten en violencia, ataque de ira, en rabia colectiva?

    ¿Qué pasa cuando no existe nada ni nadie capaz de contener estas emociones?

    ¿Qué ocurre cuando no hay desahogo posible, cuando no hay gestos solidarios, cuando es la ley de la jungla y sálvese quien pueda?

    ¿Qué pasa cuando no hay posibilidad de diálogo, cuando no hay interlocutores, cuando no se reconocen los reclamos, cuando nadie se hace responsable, ni los pares, ni las autoridades, cuando hay abandono, cuando se queda a la deriva, por debajo de los derechos más básicos?

    ¿Y qué pasa cuando además, al malestar social se le responde con represión?

    Por otra parte ¿qué podría pasar, cómo se solucionarían los conflictos si quienes gestionan la autoridad fuesen principalmente personas conflictivas? ¿Qué sucedería si quienes tienen el poder sobre las fuerzas ordenasen desde el desborde, al exceso? ¿Hasta dónde podrían escalar las violencias y las conflictividades si el gobierno quedase en manos de personas desquiciadas de odio?

    Alguien que no puede soportar presiones, que no puede contenerse a sí mismo, no puede dar contención a nadie más. Quienes no pueden gestionar sus emociones, no pueden gestionar nada, mucho menos el destino de la vida de lxs otrxs. Alguien roto debe intentar recomponerse a sí mismo antes de romper en masa a lxs demás. Un funcionario público descompuesto, no funciona y si es carente de recursos y empatía, es capaz de provocar mucho daño, especialmente si su propuesta explícita es detonante y destructiva.

    El sistema democrático no puede aceptar como opciones las políticas antidemocráticas del odio que se presentan como propuestas, por el límite que corren, por la amenaza que representan, porque los modos violentos y contenidos destructivos que se fomentan, las promesas de odio verbalizadas son una forma de instigación, que anteceden porque habilitan a las acciones físicas de odio y otras formas de violencia concretas.

    Para aspirar a la función pública en general y a ocupar la presidencia en particular, debieran demostrarse ciertas capacidades para el entendimiento, la gestión y el diálogo; aptitud, idoneidad y empatía; exponer las mejores cualidades humanas, mostrarnos que pueden ser capaces de resolver conflictos en lugar de generarlos, que pueden aportar paz y concilio, ofrecer acciones de cuidado, ayudar a reparar el bienestar social donde hace falta.

    Necesitamos que sepan gobernar para todos y no solo para el beneficio del fandom cautivo, los empresarios socios y algunos pocos rubios. Es preciso que conozcan bien, que su deber es gobernar incluso para quienes piensan distinto, sin ideas de destrucción, sin exterminios, sin segregación; se debe trabajar para contener al conjunto del pueblo, en lugar de sumar más desesperación y echar combustible al fuego.

    Los candidatos presidenciales, tan diferentes uno del otro, ¿son igualmente capaces de cumplir con los estándares propuestos por nuestras leyes? ¿conocen las reglas? ¿tienen experiencia en gestión o son improvisados? ¿respetan la Constitución? ¿adhieren a los pactos y consensos democráticos? ¿trabajan para la paz? ¿son gente respetuosa, amplia y tolerante? ¿tienen estabilidad, solidez, templanza? ¿los mueve un deseo constructivo y colectivo? ¿tienen cultura?¿tienen calle? ¿tienen corazón?

    Como dijo alguna vez Luiz Inázio Lula da Silva en una entrevista para el canal Encuentro: “El mejor ejemplo de gobierno, no se saca de un libro, viene de la madre. Ella siempre va a cuidar al hijo que está más necesitado. Si tiene que dar un pedacito más de carne, se la dará al más debilitado. Si tiene que dar una mamadera más, se la dará al más debilitado. Ella adora a todos, ella ama a todos, pero aquel debilitado no es el más bonito, no es el más despierto: es el más necesitado; y ese es el espíritu de una madre. Confieso que yo gobierno con el espíritu de una madre”.

    Quizás el rol simbólico de la madre esté idealizado, estandarizado y novelado, no voy a discutir eso acá. Me parece de una ternura intencional, una voluntad, un deseo, un estado de cuidado materno, protector y amoroso, que como huérfana aprecio y añoro.
    Ojalá que como pueblo tengamos algo parecido a esa mamá cuidadosa, a ese amor. Lo contrario, sería un desmadre.

    El desmadre puede significar muchas cosas, como falta de mirada, de amor, de teta nutriente, falta de escudo, de abrigo, de defensa, falta de dique de contención, de autoridad ordenadora, de brújula y guía… o más bien como lo entienden los mexicanos, con la madre como cabeza rectora; entonces cuando chinga tu madre es que falla la cabeza, funciona mal, pero cuando ocurre el desmadre, la cabeza, la cordura, la razón, se pierden por completo; algo parecido a volverse loco, pero un poco a propósito y por poder, para provocar la llegada a otro nivel más allá del desborde y el descontrol.

    Como seres humanos y como pueblo, necesitamos paz y estabilidad, que se respeten todos nuestros derechos, para poder soñar con un futuro de prosperidad.

    Ningún gobierno puede estar basado en el odio, no puede ser un plan la marginalización de los oponentes, ni la violencia represiva.

    Debe ser un propósito común abrazar el derecho a vivir con dignidad y en igualdad, defender los valores de la democracia, comprometerse con ella para reforzarla y perfeccionarla, trabajar de manera constructiva, sin detonar lo que existe como si no valiera nada. Hay que arreglar la casa, no derrumbarla. La democracia es perfectible, hay que ayudarla.

    Tenemos que acompañarnos una vez más, aprender juntxs a superar esta crisis, para poder recomponernos, para poder crecer y hacer de la necesidad de catarsis una construcción, transformar el berrinche en algo positivo, canalizar la furia, elaborarla, volver creativo nuestro desahogo, calmar los ataques de furia, los miedos que bloquean y no dejan pensar.

    No se toman buenas decisiones desde el enojo. No es bueno dejarse gobernar por el odio, es lo más parecido a rendirse. Hay que parar la bronca. Salir de estado de ira. Volver a respirar. Hay que saber, que mientras el mal momento pasa, no estamos solos y que es posible estar mejor. Hay que hacer posible el amor y expandirlo. Tiene que ser una elección la paz.

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