Anoche soñé que mi familia entera había muerto.Todo el pueblo estaba muerto. Mis hijos muertos (pero era de esos sueños en los que yo no soy realmente yo misma y por lo tanto, ellos tampoco son mis hijos verdaderos). Pero esa era la situación, así estaban asignados los roles y este era el contexto: Cuerpos por todos lados, conocidos y desconocidos, apilados de a montones. Tal vez el lugar estuviera enteramente construido con cadáveres, sangre y tierra. Y ruido, mucho ruido; como si todos gritaran, pero no veo a nadie hacerlo. Muchísimos policías y algunas personas perdidas o desorientadas, deambulando igual que yo, como buscando a alguien. Yo voy con la sensación o la certeza de que ya los perdimos a todos, que ya no queda nadie de los mios. Entonces, como un tesoro resplandeciendo entre la mugre , aparece la Mudita en un rincón junto a otros niños, paradita detrás de un policía. Ella, especialmente ella, llama toda mi atención, tan chiquitita e indefensa, con su pelito rubio y la carita idéntica a la mia cuando era chiquita. La mudita me pertenece. Y yo, le grito con toda mi voz al policía, que no me deja acercármele: - “ya los mataron a todos! Dejame quedarme con la Mudita por lo menos! Aunque sea dejame a la Mudita ! Dejame a la Mudita, que es nuestra ! Dejame a la Mudita ! Dejame a la Mudita!
Y me desperté, peleando por ella.
Y me desperté, peleando por ella.