25 julio 2010

Simientos


Hay un momento en el que uno se ve a los ojos, se reconoce en una foto vieja, muy vieja; en la que somos pequeños, más pequeños que en las demás fotos, más pequeños de lo que recordamos, de lo que creíamos recordar; porque al vernos a los ojos hay un instante en el que vemos todo lo que nuestros ojos han visto y todo deja de ser fragmentos, para ser experiencia y memoria.



































-"Soy YO"
Dije cundo me ví por primera vez.
Las fotos las guardó más de 20 años Chelita, la mamá de mis hermanos, abuela de mis sobrinos, bisabuela de mi sobrinieto, primera esposa de mi papá; me las dió cuando conocí a los Urondo, hace ya más de 15 años. Cuando me ví me cayeron todas las fichas juntas: de que Yo era Yo. De que uno es una sola persona, con todas las vivencias reunidas, a pesar de la desmemoria y la fragmentación. En las fotos se ve un dedo, una mano de hombre que me sostiene: es Papá. Son las únicas fotos que tengo con él. Las sacó mi hermano Javier. Papá no le permitía que le fotografiara la cara porque ya estaba clan destino. Aunque Javi no era del todo obediente; pero esa ya es otra historia. Soy afortunada de poder verme a los ojos, de transitar este auto réconocimiento, esta reconstrucción desde los simientos; ya sin nadie que me mienta.
Mi pequeña revolución.





*Dedicado a Jorgelina, que sabe.