16 septiembre 2010

Mira Miret

Consejo de la Magistratura, 9 Am.
Audiencia x pedido de destitución y enjuiciamiento político al Juez de Cámara Luis Miret por crímenes de Lesa Humanidad.
Hay poca gente en la salón. En la mesa, solamente uno de los trece miembros del consejo.
Saludo a una conocida y  no veo a nadie más, por lo que decido bajar y esperar en la planta baja a mi hermano y el resto de la gente. En el ascensor saludo a un periodista de diario El Sol, de Mendoza,que ansioso pregunta: "Lo viste a Miret?...está ahí en la sala, sentado con su mujer".
No, no lo había visto. No me había fijado. No lo había previsto. Me corre frío por la espalda.

De vuelta en la sala veo a Miret que me mira. Miret sabe dar miedo cuando mira, yo lo miro fijo, como a todos mis miedos. Miret está solo, con su señora. Nadie lo saluda a Miret. Miret pide hablar y le dan la palabra. Se pone de pie, a pesar de estar sentado a solo unos pasos del lugar asignado para que se dirija al Consejo, él decide dar la vuelta larga, pasando por detrás del presidente del Consejo y no haciendo caso a lo que éste mismo le indica, de ir por el otro camino, por el que hubiese tenido que pasar delante nuestro. Miret habla duro, dedo en alto, acostumbrado a mandar, pero por momentos se traba y dice lo que no quiere decir...se corrige, pero es evidente que no puede seguir el guión que él mismo se ha escrito. La verdad se le escapa a Miret, queriendo hacerse pasar por lo que no es, una víctima. Miret con todas las garantías constitucionales, que no nos concedió siendo Juez.

Después nos invitan a nosotros. Primero Luz, en muy pocas palabras relata al Consejo lo que le tocó vivir. A ella la secuestraron con 17 años recién cumplidos. Su mamá hizo la denuncia y el juez Miret nunca investigó, la ignoró. A Luz la violaron y la torturaron. Durante su detención, el juez vió a Luz y le tomo declaración, sin que hubiera ningún adulto presente, lo que es ilegal ya que Luz era una menor. Después, en vez de devolverla a su casa, la trasladó a un instituto para menores sin hogar y prostitutas. Luz termina de dar su relato, corto y doloroso como latigazo y se levanta de la silla, urgente,  como si le quemara.
Quedo ante los consejeros, sola en la enorme mesa. No voy a repetir lo que ya dije la semana pasada, por lo que también soy breve. Digo que durante 34 años Miret tuvo la oportunidad (y la obligación) de investigar y esclarecer los crímenes de Lesa Humanidad cometidos en la provincia de Mendoza, incluído el asesinato de mi padre, el secuestro de mi madre, como así también el secuestro de mi persona y digo que este hombre, no solo no lo ha hecho, sino que además encubrió esos crímenes y garantizó la impunidad para todos los genocidas, otorgándoles el beneficio de prisión domiciliaria y otros beneficios extraordinarios, como el de vacacionar en Mar del Plata.  (Mirando a Miret) Digo: Miret no es Justicia. (Mirando al presidente del Consejo) Digo: Miret es la Dictadura hoy.
Vuelvo a mi asiento, a presenciar desde ahí la votación; la copa con agua en mi mano, que no para de temblar. El consejo, ya no en comisión sino en plenario, vota nuevamente por unanimidad por el enjuiciamiento al Juez de Cámara Luis Miret, quien inmediatamente es notificado de la suspensión de sus funciones dentro del poder Judicial.

La sensación es confusa. Parece felicidad, pero no es (esta miseria no es felicidad). La felicidad es otra cosa, muy superior, esto es apenas, un poco menos de antigua amargura. Un poco menos de pérdida. Un principio de orden. Una piedra menos en mi mochila y muchos menos palos en la rueda de la Justicia mendocina, que tal vez ahora empiece a rodar con fluidez.

Y como dicen los niños: "a guardar, a guardar, cada cosa en su lugar..."



"...pero ruego que hoy se me asegure el real derecho de defensa que incluye la prueba...salvando el defecto que respetuosamente adjunto...en 15 dias este plenario podrá evaluar el nuevo dictamen, con la ponderación de alguna de las pruebas que ofrecí y acompañé y creo entonces, no vendrá aprobado por unanimidad como se hizo, bajo influencia de oradores previos a la votación en la comisión, oradores que crearon un clima adverso a mi persona. Sepan que quiero renunciar a mi cargo de Juez de Cámara, que pretendía hacerlo tras rebatir todas las acusaciones...está visto que no se me dá...pero es justo, que me vaya...que no me vaya de este modo. He sido breve en la lectura de este texto, de mi exclusiva autoría, pero quedo a vuestra disposición si se dejera...si se desea que aclare algo de lo leido. Muchísimas gracias." Luis Miret