06 marzo 2011

La lógica de los libros

"Querida Angela,

Ya de vuelta en Inglaterra te escribo por dos cosas. La primera es pedirte una dirección de mail para mandarte el texto del que te hablé (tiene una parte sobre tu blog que me gustaría que leyeras y me dijeras si hay algo que quisieras cambiar). Se publicaría en un libro de la editorial Santiago Arcos el año que viene. Gracias por eso.
Por otro lado, te quería contar que este año un amigo poeta, Eliahu Toker, que lamentablemente falleció hace poco, me envío unos cuadernitos mecanografiados y corregidos a mano de poemas de tu padre. Esto me decía Eliahu:

Querida Jordana,

Existe una lógica respecto de los libros, y es que tienen que ser de aquel/aquella que se los merece o a quien pueden serle útiles. Hay determinados libros de los que no me desprendería por ningún precio y otros que llegaron a mis manos por casualidad. Los de Urondo los compré por curiosidad en una librería de viejo, hace muchos años, cuando había unos "buquinistas" en Plaza Lavalle, yo sabía quién era Urondo y lo que había sucedido con él, y no se trataba de libros comunes sino de uno impreso primitivamente, y el otro una suerte de manuscrito, de modo que los compré y los mantuve todos estos años durmiendo entre mis libros de poesía, esperándote. Me alegró cuando tu mamá me contó de tu interés por él y recordé que tenía ese par de textos que esperaban quién los redimiera. Ya lo encontraron, de modo que son tuyos en toda su ley. Ojalá te sean de interés y utilidad. Va un cariñoso abrazo de

Eliahu.


Son dos libritos amarillentos, La Perichola y Breves. Yo no sé si las correcciones a mano son o no de tu padre, pero en todo caso esos libritos te pertenecen. Yo creo que de alguna manera, pasaron por mi para llegar a vos. De modo que, si querés, te los envío a donde me digas.
Sigo los juicios a través de tus palabras y espero con vos, como bien dijiste, qué ocurran y que sean justos.

Un abrazo
Jordana"
Pasaron unos meses, sin noticias. Los libritos estaban destinados a venir desde la casa de Jordana en Manchester, hasta la mía en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (C.a.b.a.). Pero ocurrió algo que no se si atribuírlo a un error del correo inglés o si corresponde a la lógica del libre albedrío de los libros, pero la cuestión es que en vez de a la Caba, los mandaron a Cuba ...y ahí quedaron, de paseo por la isla donde la Revolución es realidad, hasta que Jordana los pudo rastrear y logró que se los mandasen de vuelta a su casa. En el reenvío, donde antes decía "Cuba", ahora escribió bien clarito ARGENTINA y esta vez si, llegaron.

Uno de los libros es La Perichole, que fue el primer escrito importante de papá. Se trata de una copia mimeografiada, encuadernada a mano con ganchitos de abrochadora. Tiene una dedicatoria escrita de puño y en cursiva, en la que creo leer a David Stivel, aunque no estoy segura, pudo ser otro nombre parecido.
El otro librito, son en realidad unas hojitas de papel dobladas al medio, sin nada que las agarre, está escrito a máquina y por encima, con lapicera azul, tachados y corregidos los poemas que luego serían parte del libro Breves. Debajo de las tachaduras se pueden leer las versiones anteriores de los poemas, se puede compartir el proceso creativo literario, se siente a travez de su pulso la pasión, el corazón, la música que buscaba en cada frase.


¿Será que existe la lógica de los libros, como decía Eliahu? llega este regalo-tesoro a mis manos y no hay palabras agradecimiento que alcancen para retribuír la magia de lo ocurrido.